jueves, 28 de julio de 2005

Angustiosa calma

El mes de julio se presentaba relajado. Con tranquilidad y filosofía. Lejos de ello, se transformó en un infierno cuyas brasas cegaban el horizonte...

Un mes entero con las iconas de los güebos aguantando con la cabeza alta -igual que los nervios-y el ánimo bajo -todo sea dicho- para que cuando por fin asciendes de los infiernos te tengas que encontrar con que llueve en el séptimo cielo. Diluvia, chuzos de punta...
Como última esperanza...

El mes de agosto se presentaba relajado. Con tranquilidad, filosofía y mucho amor... ¡Por mis cojones! Y las brasas, que se levanten mientras me achicharro al sol... ¡¡¡Amos!!!

1 comentario:

reb dijo...

Empieza una nueva era, ya lo dijo mi amigo Emilio. La música de las gaitas será sustituida por el son de los violines, con el que tú y yo recobraremos la tan merecida calma. Agosto, lejos de ser un angustioso mes de verano, se convertirá en nuestra balsa de aceita en medio de un océano enfurecido.
Y después... el mar.